En las navidades, los negrillos de Huancarama bailaban al Dios hecho hombre nacido en Belén. Los niños quedábamos embelesados por el atractivo de sus pasos y ritmos unísonos. El violín dirigía tonadas pegajosas, acompasados por el bombo y el tamborcillo. Cada vez que recuerdo, me emociono y recuerdo las cuadrillas de danzantes que formábamos los niños. Imitábamos al violín con los silbidos y con las voces los otros ritmos. Competíamos para hacer de caporales y los demás negrillos.
Segundino Arcibia fue el caporal de los caporales. Su recuerdo queda en nuestros corazones huancaraminos. Seguro que el Niño Jesús lo tiene cerca, danzándole muchas otras tonadas. ¿Por qué danzan los negrillos y se bailan las huaylias? Simplemente para manifestar nuestra fe con gozo y alegría, porque el Verbo de Dios tomó condición humana (Juan 1); y nació en Belén de Judá (Lucas 2,1-14).
Pero miremos otra razón de fondo. Una vez que Adán y Eva cometieron el pecado original, el Señor dictó la sentencia: “Establezco enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje, él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el calcañar” (Génesis 3,15). Eva recibe el mensaje, pero, en el fondo, es María, la nueva Eva. Su descendencia es Jesús, fruto de sus entrañas. “Cuando llegó la plenitud de los tiempos Dios envió a su Hijo nacido de mujer” (Gálatas 4,4). “Darás a luz un hijo al que pondrás por nombre Jesús…; el Espíritu Santo vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra”. María acepta la propuesta divina y manifiesta su “SÍ” de entrega plena a Dios (Lucas 1,26ss).
También a ti y a mí, como a María, Dios nos escogió antes de la creación del mundo (Cf. Efesios 1,4). Como podrás ver, tienes una misión y un objetivo vital, aunque la de María es muy especial: ser la madre de Dios.
¿Conocía María todas las secuelas de su “SI”? Seguro que no, pues los planes de Dios tienen claroscuros, que Él conoce a detalle y que nosotros no lo sabemos a ciencia cierta. ¿Cómo entender los misterios, los silencios y las exigencias divinas?
“Nuestra Señora oye con atención lo que Dios quiere, pondera lo que no entiende, pregunta lo que no sabe. Luego, se entrega toda al cumplimiento de la voluntad divina: ‘he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra’”. (San Josemaría, Es Cristo que Pasa, 173).
Más tarde, cuando se fueron dando los acontecimientos en la vida de Jesús, María fue entendiendo poco a poco los detalles de su entrega.
Amiga y amigo que me lees: en esta vida estás de camino, eres peregrino. La tentación, las dudas y las debilidades son compañeras de tu vida…
No existe una sola persona libre de tentaciones. Pero ésta es precisamente la vida más bella que Dios te concede y la debes vivir con plenitud. Para perseverar en el buen camino importa mucho la capacidad de reponerse y aceptar con amor los planes de Dios…
Por ello mismo, cuando tengas problemas, ora: “Señor, yo no entiendo esto que me pasa, o por qué permites aquello… Tú sabes más, hágase tu voluntad”. En todo momento el Señor espera tu “sí”… Lo que pasa es que Él cuenta contigo para redimir a los hombres; para sembrar el bien a tu alrededor. Como María, has sido llamado para algo grande. La salvación de este mundo también depende de tu “sí” diario.
Dile “sí” a Dios y experimentarás que todo lo que haces tiene sentido. Gracias al “SÍ” de María Jesucristo nace en Belén y te reconcilia con el Padre. Que tengas una feliz Navidad, procura que el Señor nazca en tu corazón. Y entonces, tus abrazos, tus saludos y tus parabienes navideños serán auténticos y llenos de sentido. Y lógicamente, la danza de los negrillos y las huaylias.
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